viernes, 18 de abril de 2014

El problema de los fanáticos

Sin ánimo de faltar al respeto a nadie, pero por las fechas que corren, me he topado que por mi manera de pensar me he encontrado a mucho detractor de mis pensamientos, exigiendo respeto por simples gestos como el colgar una jocosa imagen con algún chiste gráfico al respecto de alguna creencia o afición.
Entiendo que un desconocido se pueda sentir ofendido, pero una persona que ya me conoce no acaba de ser procesada por mi cerebro. Todo el problema en todo, es cuando se pasa de ser un seguidor a ser un fanático, un ultra de algo, en el momento en el que lo mio es lo mejor y ninguna razón ni ninguna evidencia es respetada es cuando empiezan los auténticos problemas de esta sociedad. Una religión o creencia, un equipo de fútbol aunque sea de barrio, una asociación de cualquier tipo, en el momento en el que estás dispuesto a faltar al respeto por defender lo tuyo, mal pinta la cosa, por que la siguiente pregunta es ¿hasta donde vas a llegar por defenderlo? Ojo, no hasta donde piensas llegar por defenderlo, sino hasta donde vas a llegar, por que una persona medianamente cabal en frío ni se plantea cometer una atrocidad por defender una idea, pero en un momento álgido de una discusión, o bajo determinada presión social o cualquier otra situación agravante, todo es susceptible de ser llevado al extremo, aunque nuestra intención nunca fuese aquella. Hoy me ha hecho gracia una imagen comparativa de quienes se sienten fieles a algo con una película, en tono evidentemente jocoso, me ha hecho gracia y la he compartido, mi ánimo no era faltar al respeto a nadie, sino arrancar una sonrisa a quien pudiese pensar como yo que resultaba gracioso, pero hay quien se ha sentido molesto por que considera intocable su creencia, si tan seguro estás de ella, ¿por que te enfurece la duda? si yo creo en mi mismo, por más que me digan que voy a fracasar lo voy a intentar.

Cuando decidí no creer en Dioses, uno de los motivos fue por que encontré demasiados fanáticos a mi alrededor que me empujaban a serlo sin yo querer, puedo equivocarme y faltar al respeto a alguien sin que esa sea mi intención, pero obrar de mala fé no es mi estilo, y por desgracia, sobre todo en deporte y religiones, se han manchado muchas manos de sangre por culpa de algún gilipollas que no ha sido capaz de entender que no todo el mundo tiene que berrear igual que él. El mayor tesoro que tenemos es la vida, la nuestra y la de quienes nos rodean, y al respeto solo se le puede faltar a quien no está seguro de lo que cree. No ofende quien quiere, sino quien puede, a ver cuanto tardamos en tener otra "guerra santa" pese a que la historia nos ha tratado de enseñar como evitarla.

P.D.: Otra vez sin fotos para no ofender a nadie, que está la gente demasiado susceptible, pero pssss no decidlo muy alto

No hay comentarios:

Publicar un comentario