Aún así no he podido evitar hurgar en mi memoria el día en el que estos maravillosos personajes desaparecieron de su programa diario para dar paso al barrio sésamo de Espinete, ese día fue un día triste como el famoso capítulo en que muere chanquete. Yo inocente niño recuerdo como se me anudaba la garganta y salia corriendo de la salita donde estaba ubicado el maravilloso televisor philips de 14 pulgadas (todo un lujo para la época) y me escondía en un armario empotrado para llorar sin que nadie me viera...
Con ellos no solo tuve una infancia feliz, sino que aprendí de sentimientos y disfruté de lo bonito de la inocencia de un niño de 4 o 5 años, ese momento en el que Miliki tras su habitual actuación daba un mensaje de despedida suavizando sus palabras pensando en quienes lo veíamos, niños de muy corta edad, consciente de que para nosotros eran parte de nuestro corazón, y que de cualquier manera lo último que quiso fue hacernos sufrir...
No se ha ido Miliki, se han ido los payasos de la tele, se ha ido un cachito de mi corazón y buena parte de mi infancia, aunque siempre los lleve en mi recuerdo, se que no habrá un disco de para mis niños de 50 años que me recuerde lo feliz que fui, se que es un pensamiento egoista, pero me gusta aferrarme a la vida y a la felicidad, y estos personajes sin duda lo conseguían todo en el ratito de la merienda, no me arrepiento de no haber tenido playstation en mi niñez, quizas me hubiese gustado nacer antes para poder haberlos disfrutado más, pero agradezco haber nacido en el 78 y haberme criado con los payasos de la tele, por que soy feliz como soy y si alguien me pregunta ¿como están ustedes? volveré a gritar Bieeeeen por muy mal que estén las cosas. Va por Gaby, Fofó y Miliki
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