sábado, 8 de diciembre de 2012

Sociedad en red





Año 2012 (aunque le queda poco) la sociedad mundial inmersa en una severa crisis (peor que la del 93) (no conozco las anteriores de primera mano) está totalmente manipulada e idiotizada en su vida virtual...

No soy el primero que opina esto, aunque puede que sí el más joven, y tampoco lo hago desde un punto de vista objetivo, pues como casi todo el mundo tengo facebook, twitter (aunque hace mas de un mes que no lo miro) google+, whatsapp, Line... vamos todo lo indispensable para evadirme de mis problemas físicos, hasta tengo un blog para destripar mi mente y ponerme a parir a mi mismo... No voy a negar que soy uno de esos enganchados a las nuevas tecnologías, no niego que tiene su lado bueno, pero también su parte oscura, hasta eso llegamos todos, pero como el que fuma y sabe que es peligroso y no lo deja, o el que bebe, o el que se droga, sigo muy lejos de desintoxicarme, ¿¿¿por que??? por que resulta más fácil mandar un gratuito whatsapp a un amigo para saber como está, que quedar con él y verlo en persona, ya si coincidimos en la calle me enteraré...
Pese a que saber que alguien está bien a través de un mensaje privado o público, la única sensación que percibo es la de mis dedos al golpear con determinada velocidad las teclas de mi ordenador, así estoy que cada vez que veo a alguien suelto el abrazo fácil. Mi mujer me acusa de estar enganchado a esto, yo lo reconozco, pero miro para dentro y digo joder ¿¿¿hasta este punto llega mi conformismo??? ¿tan solo la satisfacción mental me es suficiente y necesaria? no niego que es una herramienta útil a la que llegar a tus conocidos, pero ¿es este el tipo de vida que quiero? sería muy fácil y envalentonado decir que no, que soy mucho más que colgar en el facebook mi estado de ánimo, o maldecir mil veces lo que no puedo maldecir públicamente por mi trabajo, pero todos sabemos que nada más termine de escribir esto lo primero que haré será colgarlo en mi facebook, tu sabes, publicidad gratuita, tengo 408 amigos, de los cuales lo leerán 1 u 2, hablar de más sería demasiado optimista por mi parte y de que esto sea compartido existe una probabilidad tan mínima que casi se me quitan las ganas de escribir, (pese a llevar mas de 300 visitas con 10 artículos)...
En definitiva, que es la única opción de que esto lo lea alguien más que mi mujer.
El caso es que necesito expresarme, como todos en esta vida, unos más otro menos, cada uno a su manera, pero todos necesitamos tener nuestra milésima de gloria, y estas redes sociales nos dan esta oportunidad, a un precio que casi todos desconocemos, nuestra intimidad, por que si no la cuento yo, la contará alguien por mi. Ahora todos sabéis que ponéis vuestra intimidad al descubierto, pero como yo ninguno dejáis de hacerlo, por que no somos conscientes de lo peligroso que está resultando.

Aquí viene quizás la parte interesante de todo este rollo.
Si eres de los que lee por encima y te has saltado todo el rollo de antes, que te digo, yo hubiese hecho lo mismo. El caso es que si antes éramos manipulados por la tele y sus publicidades subliminales, ahora quien controla nuestra vida es la red social, o la sociedad en red, todos somos muy listos y esto ya lo sabíamos  pero seguimos dejando que lo hagan,  mis propios contactos, me reenvían fotos y frases que han visto en algún rincón de Internet  y conceden a aplicaciones que publiquen en su nombre y accedan a sus listas de contactos por el simple hecho de jugar a un triste juego "gratuito", vendemos nuestra alma al diablo por 5 minutos de distracción que acabamos pagando con un consumismo que no podemos sostener. Nos hacemos más esclavos aún de nuestras palabras llevándonos a hechos inverosímiles controlados por los ojos de los que ven nuestro muro, que a su vez son controlados por otros y éstos por otros, y por otros, y en ocasiones por nosotros mismos. Alimentamos nuestros peores sentimientos dando y recibiendo la misma moneda, de manera semiinconsciente y ésto es aprovechado por quienes dominan el cotarro para conducirnos como lemmings a nuestra propia destrucción (normalmente solo social), y volvemos a tropezar con la misma piedra unas 20 veces al día de media...
Me asusta el poder que tiene esto, si dejé de ver la tele por dejar mi mente menos influenciada, soy consciente de que no será tan fácil esta vez, mi vida social y la tuya están comprometidas con nuestras redes sociales, una unión como el matrimonio cristiano, que te puedes separar, pero a los ojos de la iglesia sigues estando casado...
Parecerá una tontería, pero intento limitar el contenido no deseado, e intento pensar por mi mismo, y ya casi que no puedo, la genialidad y la libertad de pensamiento han muerto, de esta droga solo se sale sin la vida, la única solución es no entrar en ella, pero si lees esto es por que ya es demasiado tarde, lo único que puedo hacer es evitar que mis hijas cometan mi mismo error, pero eso sí que es una misión imposible, seguiré intentando suplirlo con mi metadona particular, este pequeño blog donde nadie me dice que debo decir.
Muere el mito donde nace la persona y cada persona es esclava de su mito...

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